era muy amable. Cuando ella recuperó
El sentido, él dijo: 《todo está en orden, chica,
he estado aquí cuidándote 》.
En menudo lío estaba metida. Entonces el añadió:
《Ya nunca te olvidarás de mí 》
Y la llevo a casa en coche.
《Solo un enfermo -dijo ella-
haría algo así.
Debe de ser eso.
Nadie salvo un infectado podría ser
tan demencialmente cruel. Quiere
contagiárselo a otro...
para justificarse. Pero si resulta
que tenga una infección venérea
no voy hacer por curarme.
Me niego. Antes me encontraréis muerta
en la cama. ¿Por qué no?》Estás eran
las cosas que decía.
《Ojalá pudiera pegarle un tiro. ¿te gustaría
conocer a una asesina?
Soy capaz de hacerlo.
Lo sabré a finales de esta semana.
No pude gritar. Le golpeé
unas cuantas veces.
pero era demasiado fuerte para mi.
Todavía no lo entiendo. Yo no me desmayo
así como así.
Cuando volví en mi y me di cuenta
de lo que había pasado, lo único que pude hacer
fue blasfemar.
e insultarle con todas las palabrotas
que sé. Me alegré tanto
de que me llevarán a casa.
Supongo que es cosa de mi cabeza...el temor
a una infección. Preferiría mil veces
haberme quedado embarazada.
Pero es la inmundicia la que no puede curarse.
Y el odio, el odio a todos los hombres
y el asco》.
William Carlos Williams
Traducción de Juan Miguel López Merino
ANTOLOGÍA BILINGÜE
ALIANZA EDITORIAL